De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

martes, 14 de septiembre de 2010

Fantasías sexuales

Una de las características distintivas de los seres humanos es la capacidad de imaginar y fantasear. Del latín phantasia, se pueden traducir como ficción, cuento, novela, pensamiento ingenioso y representa la facultad de reproducir por medio de imágenes, acontecimientos pasados o lejanos, o de idealizar situaciones reales.
Una fantasía es una representación mental de algo que hemos vivido, o de algo que creamos con nuestra imaginación, adornándola con detalles convincentes para nosotros mismos. Si el contenido de la fantasía produce excitación sexual, hablamos de fantasías sexuales, aunque nuestras historias mentales no tienen porqué ser de sexo explícito, podemos imaginarnos en situaciones románticas, sensuales o eróticas y excitarnos.
La sexualidad de mujeres y hombres es muy compleja y se demuestra a través de diversas vías, que van desde la ternura, el enamoramiento, el lenguaje corporal, la necesidad de besarse y acariciarse; hasta las fantasías, la masturbación y los sueños eróticos.
Por la misma razón y porque la imaginación nos permite transportarnos a situaciones deseadas o prohibidas, el mundo de las fantasías sexuales es múltiple y variado. Cuando se menciona el tema, muchos frotan sus manos esperando que se hable de inconfesables secretos sórdidos y peligrosos, pero no tiene por qué ser así, muchas de las fantasías son bastante inocentes.
Algunas veces recurrimos a las fantasías sexuales para entrar en clima, para iniciar la actividad sexual de autogratificación (ya sabéis ¡me encanta esa palabra!) pero las fantasías también pueden romper la rutina de la vida sexual, ya que con creatividad podemos superar los límites de la realidad, donde el placer puede ser el resultado del perfeccionamiento de una situación imaginada. Las fantasías sexuales convierten la posible monotonía en algo nuevo, divertido y con el grado de morbo que le queráis imponer.
Cumplen con varias funciones, entre las cuales se encuentra completar una necesidad insatisfecha, cuando ésta se logra, ya no se necesita de esa fantasía en particular. Una fantasía puede ser muy erotizante en un momento de la vida, perder su estímulo durante un tiempo y reaparecer más adelante con renovado brío.
Se considera que las fantasías sexuales son una parte normal de la vida y no significa que estemos insatisfechos o que el grado de satisfacción de nuestras relaciones íntimas sea bajo. Nos ayudan a descubrir nuestro verdadero yo y el de nuestra pareja, son imaginarias y no siempre queremos hacerlas realidad, incluso es posible que nuestros valores personales y sociales difieran de nuestras fantasías. También puede suceder que nos hagan dudar sobre nuestra orientación sexual, nuestra fidelidad o sobre nosotros mismos, pero hay que tener en cuenta que las fantasías son eso, se debe tener claro que una cosa es la imaginación y otra la realidad .
El uso adulto de la imaginación sexual es muy variado. Nos ayuda a excitarnos en momentos de difícil concentración, de bajo deseo sexual, muchas veces es usada para inducir o aumentar la libido y convertir un encuentro cotidiano en uno más apasionado.
La actividad sexual de las parejas que conviven mucho tiempo, durante años, puede llegar a catalogarse de "sexo rutinario", en el que existe mucho afecto, pero posiblemente carezca de la pasión de los primeros encuentros, el fuego de las primeras épocas no arda con igual fulgor, cuando cada uno era nuevo para el otro. Después de mucho tiempo juntos, pueden sentir sus relaciones sexuales un poco insípidas, aunque el amor siga creciendo y haciéndose más intenso que en los comienzos.
No hay novedad, romanticismo o pasión sexual que pueda resistir los años, la familiaridad de la convivencia o las presiones individuales y laborales que sufren los integrantes de una pareja.
Muchas personas recurren a las fantasías como un factor de enriquecimiento de su vida erótica, las parejas estables es un caso perfecto, donde las fantasías pueden ser una interesante manera de recuperar el erotismo.

Existen varios tipos de fantasías sexuales, las mas comunes son:
-Las que sirven para masturbarse. Se conciben situaciones, personas y lugares con el fin de lograr una excitación que será liberada a través de un acto solitario.
-Las que permiten realizar el coito o sirven como ingrediente para despertar o mantener la pasión. Son utilizadas por quienes no pueden tener sexo si no se encienden con fantasías, apoyándose en material gráfico o audiovisual o por quienes completan su excitación fantaseando con determinadas situaciones, inclusive pensando en otra persona que no es su pareja.
-Las compartidas con la pareja que procuran aumentar la pasión, pudiendo incluir juegos donde se interpretan escenas, lugares, personajes o roles diferentes.
-Las fantasías sadomasoquistas o parafílicas en las que aparece la necesidad de lastimar, de infligir castigos, ser castigados u otras conductas poco habituales no relacionadas con la cópula.

Todos tenemos fantasías sexuales que algún día nos gustaría hacer realidad, estas fantasías juegan un papel importe en nuestra sexualidad.
La capacidad de fantasear es indicadora de flexibilidad, creatividad, riqueza interior, pero como todo en la vida, debe haber un equilibrio. Una persona equilibrada debe discriminar cuándo es conveniente dejarse llevar por las fantasías y cuándo es necesario tener los pies bien plantados sobre la tierra.
En la vida sexual, las fantasías son un aliado necesario y gratificante, un punto de apoyo para el despliegue del erotismo, estímulos para despertar el deseo, aunque pueden aparecer algunos que consideramos una transgresión de normas o valores, que en otras situaciones no somos capaces de manifestar, por miedo o vergüenza; no hay que vivir como una amenaza las imágenes que se cuelan en mente, cuyos protagonistas son personas del entorno, compañeros de trabajo o amigos. Esas imágenes reinan en ese mundo secreto, donde se pueden explorar sin miedos.
Pensar que somos los únicos que nos imaginamos “haciendo esas cosas trasgresoras”, suele actuar como inhibidor de las fantasías, hay que tener en cuenta que la culpa empobrece la imaginación y puede llevarnos a adoptar conductas sexuales totalmente opuestas a las imaginadas en las fantasía, por miedo a tener tendencias homosexuales, por ejemplo. Nuestra vida sexual se verá empobrecida, nos vamos a auto-reprimir, vamos a hacer cosas que no sentimos como satisfactorias o nos privaremos otras que nos pueden dar mucho placer.


Para quienes viven intensamente las fantasías, os diré algo, no es un consejo, tal vez una sugerencia, tomadlo o dejarlo: una cosa es dejar volar la imaginación y otra muy diferente llevar los hechos fantaseados a la práctica.
Cuando se da ese paso, no hay vuelta atrás, hay que responsabilizarse de las consecuencias de los actos. Con frecuencia, lo imaginado como ficción es mucho más excitante que la sórdida realidad.
La relación de pareja debe estar fuertemente consolidada, la comunicación debe ser abierta al cien por cien, no hay que esconderle nada al otro, porque si tenéis pensado incluir en vuestra relación a terceras personas, por ejemplo, recordad que éstas luego se marcharán a su lugar de origen, pero la pareja debe seguir conviviendo y nada será como antes, no podrán hacer de cuenta que “aquí no ha pasado nada”.
Mas allá de que el resultado sea placentero o no, algo ha cambiado, podemos descubrir facetas de nuestra pareja o de nosotros mismos que no conocíamos y debemos estar preparados para asumirlo. Hay que hablar cada detalle de antemano, pero una vez que estáis en situación, aparecerán estímulos y sensaciones que fueron imposibles imaginar o prever, esos imprevistos pueden gustarnos o no, ¿estáis preparados para hacerles frente sin que la pareja sufra daño?
Hay que establecer claramente los límites, que cosas pueden hacer cada uno de los integrantes de la pareja y que cosas no, y mantenerse en lo acordado. Y si os apetece hacer algo de lo cual habíais dicho no, pues reprimiros por esta vez, por el bien común, si realmente vuestra pareja os importa, ya lo hablareis para la próxima vez. Si pensáis saltaros las normas porque tal vez no exista una próxima vez, es que vuestra pareja no os importa tanto como creíais. Por probar el fruto prohibido no destruyáis el jardín del edén, y lo digo simbólicamente, no tiene ninguna connotación religiosa.

Por ahora dejo aquí, ya seguiremos con el tema y con las fantasías mas populares de hombres y mujeres, un besito...

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