De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

viernes, 1 de octubre de 2010

Adictos al sexo

Lo que hasta ahora era para muchos la excusa perfecta para justificar sus infidelidades, es desde el mes de febrero de 2010, una enfermedad reconocida por el manual científico por excelencia en materia de salud mental, la guía que edita la Asociación Psiquiátrica de los Estados Unidos.
Para la edición nº V del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5), que será publicado en el año 2013, se ha dado a conocer un calendario de investigación que incluye por primera vez la adicción al sexo, a la que denomina clínicamente trastorno de la hipersexualidad.

¿Qué es la adicción sexual o hipersexualidad?
La adicción sexual es la trasformación de una actividad sexual normal en obsesiva, donde el comportamiento está fuera de control. Es un proceso de adicción, el sentimiento eufórico proviene de químicos liberados en el cerebro en lugar de estímulos externos. La mente gradualmente se acostumbra a la liberación de estos químicos y busca continuamente lograr esa estimulación, mediante la adrenalina de una competición, las liberadas durante situaciones peligrosas, deportes de riesgo o por el estímulo sexual.
La adicción sexual es raramente provocada por un solo factor, la exposición a la pornografía a una edad muy temprana puede ser una de las causas. Llegado el momento de tener relaciones sexuales reales, los jóvenes prefieren recurrir a imágenes pornográficas y a la masturbación, en lugar de arriesgarse al rechazo de chic@s reales.
La represión sexual, la carencia afectiva, la insatisfacción de la vida sexual, donde no puedan llevar a cabo o manifestarse las fantasías, todo puede conducir a la búsqueda de una válvula de escape, puede comenzar como una diversión y volverse una adicción.
La adicción suele comenzar en etapas posteriores a la adolescencia y agravarse entre los 25 y los 30 años, perjudicando a la persona en su ámbito laboral, social y familiar, por la gran cantidad de tiempo que invierte en calmar sus necesidades, y en algunas ocasiones también se resiente su economía, debido al alto consumo de pornografía y prostitución.
Suelen ser personas que dedican muchas horas a la búsqueda de material de contenido sexual y a complacer sus fantasías sexuales, llevarlas a la práctica, convirtiendo este comportamiento en el epicentro de su vida.
La adicción al sexo consiste en la obsesión por todo lo que signifique o contenga sexo; desde revistas, películas, internet en sus diferentes formas, buscando páginas con contenido para adultos, chats eróticos o cibersexo, hasta la práctica de relaciones sexuales reales del tipo obsesivo-compulsivo.
Pueden fantasear constantemente con situaciones eróticas y para dar rienda suelta a sus fantasías no dudan en masturbarse de forma compulsiva. Son promiscuos, acceden fácilmente a mantener relaciones heterosexuales, homosexuales o con múltiples parejas sin medir las consecuencias, son aficionados a los encuentros de una sola noche y a la contratación sistemática de servicios sexuales o la búsqueda continua e indiscriminada de contactos.
Una de las característica más comunes de quienes padecen esta adicción es tener múltiples parejas sexuales y en ocasiones obsesionarse por una mujer u hombre emocionalmente inaccesible para ellos. También es común que este comportamiento se lleve a cabo en secreto, el adicto al sexo se vuelve hábil en esconder esta vida a las personas más cercanas a él.
Hay que hacer una distinción entre tener la libido alta y tener adicción al sexo o hipersexualidad.
Una de las diferencias está en que el adicto vive el sexo con angustia, necesitan satisfacer sus deseos más que cualquier otra cosa, aunque después se sientan mal y ésto les cause problemas en su vida diaria: un adicto pondrá el sexo por delante de todo, porque escapa a su voluntad.
Una persona con un empuje sexual fuerte, se satisface con la práctica del sexo y si en algún momento le plantea a su pareja mantener relaciones sexuales y ésta le dice que no, no interpreta esto como un rechazo personal, simplemente que a su pareja en ese momento no le apetece. El adicto sexual verá la situación de forma ofensiva y buscará autogratificarse compulsivamente, por ejemplo.
¿Dónde están los límites? Se puede decir que en temas sexuales no hay límites. Si tienes muchas y variadas relaciones, pero te sientes bien contigo mismo y no sufres por ello, no hay problema.
Lo convencional es la práctica del sexo basada en la atracción y el afecto hacia una pareja única, pero no podemos juzgar o catalogar como anormales o patológicas otro tipo de conductas basándonos en nuestros propios valores morales. La promiscuidad sin afecto o una variada actividad sexual pueden producirnos o no rechazo, pero hay que hacer la distinción entre ser un golf@ y ser un adict@.
La persona que lleva una vida sexual activa está satisfecha consigo misma, algo que no ocurre con el adicto. Éste carece de control sobre sus actos, aunque su conducta le provoque sentimientos negativos y frustración, ésto mismo hace que busque de manera compulsiva el placer, generándose un ciclo autodestructivo del que no es nada fácil salir.
Como toda adicción, cada vez se van a necesitar dosis mas alta de droga, van a requerir mayores estímulos para saciar la creciente necesidad y los efectos son cada vez mas breves, la calma lograda sólo es momentánea, cada vez es mas rápido el regreso al vacío, tras el orgasmo, la insatisfacción.
Una persona que recurre de un modo compulsivo al sexo es alguien que busca equivocadamente llenar su soledad con compañías y actividades que terminan generando un vacío mayor, pero este vacío existencial no puede colmarse con elementos externos.
Es un problema que tiene un fondo emocional, se está sustituyendo con sexo otro tipo de carencia afectiva, se practica sexo compulsivamente no para estar bien, sino para no estar mal.

Sé que muchas veces es difícil comunicarse con los demás, hablar de lo que uno siente en lo profundo del alma, sé que si no tenemos quien nos tienda la mano es mas difícil aún, pero como reza el dicho “siempre hay un roto para un descosido”, siempre existe alguien en el mundo que es como nosotros y puede llegar a comprendernos, solo debemos detenernos un momento y reflexionar sobre qué estamos haciendo con nuestra vida.


sexo por telefono

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Atrévete, dime lo que piensas, es anónimo, pero al menos deja un nick o apodo