De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

lunes, 29 de noviembre de 2010

El erotismo de la Danza del Vientre

Los pueblos primitivos han incluido la danza en todos los sucesos importantes de su vida: sacrificios y ofrendas a las divinidades, rituales de iniciación, de paso de la adolescencia a la adultez, el casamiento, la caza, la siembra y la recolección, las guerras y los funerales. La danza era una expresión respetada y respaldada por la casta sacerdotal, de los brujos o hechizeros.
En los bailes con lanzas antes de emprender una cacería, o con espadas que se realizaban durante las fiestas de celebración de matrimonios o funerales, se simboliza el dominio a través de las armas, con la finalidad de proteger a la tribu, al novio o al difunto de las bestias o de los enemigos.
Los griegos a lo largo de su historia participaron en ritos religiosos esotéricos que también incluían danzas, pero algunas danzarinas consideran a Egipto como la cuna de la “Danza del Vientre”. Para las mujeres de Arabia Saudita, la danza por sí misma había sido considerada sagrada y no podía ser vista por los hombres.
Es muy probable que sus orígenes sean los cultos de fertilidad del mundo antiguo, a pesar de que el origen exacto de esta forma de baile es motivo de constante debate entre quienes se interesan por esta danza.
Se dice que nació en tiempos inmemoriales, en las riberas de los ríos de India y se extendió hasta los templos babilonios, fenicios y faraónicos, que era la danza sagrada de las mujeres, el símbolo de la fecundidad y la maternidad, un homenaje a la diosa madre.
La hipótesis mas difundida es que desciende de las danzas del antiguo Egipto, de un baile de tipo religioso que practicaban las sacerdotisas en los templos y las mujeres corrientes a la luz de la luna, un baile nocturno en el que dejaban su vientre descubierto para que ésta les concediera la fecundación.
Las sacerdotisas que consagraban su vida al culto de la Diosa, tenían como principal tarea la de bailar en honor de ésta como parte del ritual y la ofrenda. En estas danzas el abdomen juega un papel principal por ser el receptáculo del origen de la vida, fuente de la fecundidad.
Las diferentes culturas veneraban el poder de dar vida a través de sus diosas correspondientes: Isis (en la mitología egipcia representaba la fuerza fecundadora de la naturaleza y la diosa de la maternidad y del nacimiento), Venus (diosa romana relacionada con el amor, la belleza y la fertilidad), Afrodita (en la mitología griega, la diosa del amor, la lujuria, la belleza y la reproducción) y Astarté (diosa mesopotámica que simboliza el culto a la madre naturaleza, a la vida y a la fertilidad, a la exaltación del amor y los placeres carnales)
Mas allá de la reproducción del ser humano y de los ciclos de la naturaleza, se puede apreciar el carácter erótico de estas diosas, de la búsqueda de los placeres de la carne.
El arte de la “Danza del Vientre” tiene una historia compleja, extensa y llena de colorido, en la que se entremezclan cultos religiosos, celebraciones sociales y leyendas sobre harenes y odaliscas, bailarinas moviéndose rítmica y sensualmente delante del rajá de turno, o entre ellas, como forma de evadirse y soportar la vida de encierro a la que eran sometidas.
Hace siglos, los bailarines, músicos y cantantes eran esclavos. A pesar de que este tipo de servidumbre dejó de existir, los intérpretes de este tipo de artes nunca escaparon totalmente del estigma atribuido a su profesión dentro de los países árabes.
Es una milenaria especialidad artística que tiene gran cantidad de componentes eróticos y místicos.

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