De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Erotismo Steampunk

Steam, en inglés, quiere decir vapor.
Cuando se habla de punk, se hace referencia a las expresiones artísticas, literarias e ideológicas, musicales y filosóficas nacidas a mediados de los ´70.
Sin embargo, el Steampunk es muy anterior a la música punk, en su inicio no se lo conocía con ese nombre, se lo consideraba ciencia ficción y su origen se puede rastrear a mediados del siglo XIX, en las novelas de Julio Verne y otros autores, que no tenían cómo saber que el futuro sería tan diferente.
Inglaterra, en plena Era Victoriana (1837 a 1901) era una potencia industrial, en la que el poder lo sustentaba quienes controlaban el vapor y el carbón. Las vías del ferrocarril se habían extendido por todo el mundo, haciéndolo mas pequeño.
También fue una época en la que los grandes inventos, como la fotografía, o la luz eléctrica que comenzaba a introducirse en los hogares. La ciencia, comienza a dar sus primeros pasos, un momento revelador para la humanidad, que llenó de esperanzas futuras a la sociedad, dotándola de mayor creatividad e imaginación, donde muchos se atrevían a soñar con Viajes a la Luna, al Centro de la Tierra o al Fondo del Mar.
El movimiento Steampunk plantea un mundo muy avanzado científicamente, en el que la humanidad tomó un camino científico diferente, jamás descubrió la electrónica y a día de hoy todavía continúa utilizando maquinaria de vapor y artilugios basados en piñones y poleas. En vez de transistores y combustibles nucleares, se continuó el camino de la tecnología a vapor y el combustible de carbón.
El Steampunk es una corriente dentro del género fantástico cuya principal característica es la ambientación del siglo XIX, combinando tecnología anacrónica, muy avanzada para la época pero basada en técnicas relativamente primitivas.
El Steampunk ha calado en el subconsciente de nuestra generación, a pesar de que somos seres de la era digital y de la información, nos provoca un cierto romanticismo las estéticas recargadas y el estilo de maquinarias primitivas y pesadas, como un sentimiento de evocación, de lo que podría haber sido.
Como dice Joaquín Sabina, en su canción “Con la frente marchita”: “...no hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió...”
Puede ser que esa atracción devenga del rechazo ante las estéticas actuales, frías e impersonales, de la producción en masa y también como una forma de reivindicar la fabricación de productos hechos a mano, por verdaderos artesanos y mecánicos.
Desde una simple cafetera hasta el mas sofisticado ordenador, necesita de un microprocesador para funcionar, y hasta el mejor amigo de algunas mujeres (llámese vibrador, consolador, etc.) presenta alguno que otro componente electrónico para funcionar, y todos los objetos, cuando dejan de hacerlo, se descartan y sustituyen por otros.
Todo es digital, virtual, y por lo tanto efímero.
Un instrumento Steampunk puede ser reparado por cualquier mecánico competente, será mas robusto, casi irrompible y no se volverá obsoleto, además de contar con el plus que es una obra de arte en sí misma.
Quizá para los hombres eso de engrasarse y escuchar un motor tronar mientras lo ajustan, es algo que añoran y quieren que forme nuevamente parte de nuestras vidas: ajustar tuercas y enorgullecerse de artilugios mecánicos fabricados con sus propias manos.
Tal vez las mujeres añoren simplemente que las cosas funcionen.

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