De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

lunes, 3 de enero de 2011

Iniciación

Por Peach Skin Shoes
Desde niño me lo inculcaron, así que puedo decir que siempre fui algo maniático de la higiene. Cualquier signo exterior que revelara descuido en ese aspecto era severamente reprobado. ¿El motivo? Cualquiera valía...Desde unas uñas no suficientemente cortas hasta la raya del pelo torcida....jabón y jabón, y luego colonia...Si algo no estaba bien se daban siempre cuenta en alguno de los sucesivos controles: si no era la Nani, eran los padres, y si no los curas..."El aspecto exterior era reflejo del orden interior", nos advertían...
Con el paso del tiempo y los cambios hormonales aquel "niño bien" tuvo que aumentar esas prácticas, convertidas ya en costumbre adquirida. Un niño sucio puede oler mal. Un adolescente que abandona su cuidado puede ser tan desagradable como un adulto, de modo que la higiene se intensificó: si antes bastaba con lavarse los dientes, ahora había que emplear además un colutorio; si antes se frotaba bien con la esponja y el jabón, ahora además se terminaba la labor usando un desodorante; si antes bastaba con lavar los pies, ahora no estaba de mas usar algún producto contra la transpiración...
Limpio, limpio, todo ordenado y equilibrado....por fuera, claro.
La caldera bullía constantemente....¿caldera...?, no, olla a presión, pero con la válvula de escape rota.....las mezclas de hormonas iban desarrollando una lucha cruel entre el apetito y el deber...Muy cruel, porque por prolongada que fuera la batalla siempre vencían los malos: los inmundos demonios que poblaban nuestra mente, y vagaban por nuestro interior para terminar sus devaneos reunidos en el mismo sitio... No importaba la hora del día, si después de la extenuante clase de educación física o recién levantado de la cama un sábado...se empezaba a dilatar y a reclamar la caricia, primero suave y lenta para impulsarse tomando carrera progresiva como un saltador olímpico y terminar estallando como la botella de champán...
O sin llegar a tener roce, como ocurrió en alguna ocasión. Eyaculación porque no habría sitio para acumular más.....
"La carne es débil...", oía decir, pero yo no estaba seguro de eso...la carne era muy, muy fuerte, ojalá fuera débil y se dejara amansar....Al revés, fué asilvestrando a la mente, que comenzaba a fantasear con las historias que sobre sexo contaban los compañeros más precoces....
-"¿Sabes qué es follar....?, pues meter la polla empalmada en el coño....!!!!...y allí te corres como si te hicieras una paja...!!!!"
(Diossssss, pero qué imaginación tenían algunos...¿a quién se le ocurriría semejante cosa...?)
Un buen día unos de los curas a los que sólo veíamos con ocasión de las grandes festividades y las grandes broncas entró en la clase, ocupó el lugar del profesor, que se marchó, y nos dio una charla en la que hablaba como si fuera uno de los nuestros en medio del patio,..... pero uno de los malotes....joder, qué palabras usaba..."pajote"...."follar"....y así recibimos con 12 añitos nuestra primera clase de educación sexual...salí asustado, claro....había mucho por digerir...
(...pero entonces mis padres... también lo han hecho...)
La mente ya empezaba a acoplarse al ritmo que le demandaba la carne.....y la timidez era la barrera que impedía la alianza entre ambas. Aunque fuerte, esa barrera no terminó de impedir que las fantasías se empezaran a desarrollar...
La asistenta se acababa de echar novio. Venía de un pueblo, fuera de Barcelona, y cumpliría los 19 el mes siguiente. No era una modelo desde luego, pero rebosaba atractivo natural: era vigorosa y muy activa, siempre de buen humor, dientes perfectos, caderas bien moldeadas, pechos coronados por pezones Fontaneda, que el sujetador no podía disimular, pelo negro zaíno...unas piernas que dejaban intuir unos muslos contundentes por arriba, y en su descenso en alguna ocasión mostraron fugazmente unos pies descalzos que me inquietaron, sin saber por qué...... Verla y comienzo de erección eran respuestas simultaneas.
Así que empezó a protagonizar mis fantasías más arrogantes, en las que usaba de modo infatigable la función recién descubierta de mi pene. La besaba, lamía su sexo (-"Rodrigo me ha dicho que si a una tía le chupas el coño le sale como una baba que sabe dulce...!!!...se lo ha dicho su primo mayor, que lo ha hecho.....")...usaba la apenas estrenada utilidad de mis genitales y la dejaba satisfecha y agradecida...
Y solo fantasía, claro. Ni la visión de su desnudez, ni su tacto, ni su sabor íntimo estaban a mi alcance...Bueno, sí tenía a mi alcance una parte de ella, como pronto descubrí....y serviría de partida para mis devaneos posteriores....
Si a los animales las feromonas les pueden guiar en su comportamiento sexual, debe haber una feromona que se empeñó en convertirme en animal vinculado a esa chica....
Una tarde de verano, con la luz filtrándose por las persianas de madera mal encajadas, aburrido y salido, entré en su cuarto.... libraba ese día y estaría con el novio.... Iba decidido a indagar en su intimidad.
Con mucho cuidado abrí su armario y pude contemplar su ropa. Desdoblé su ropa interior y traté de olerla....pero la limpieza era perfecta, no había rastro de olor alguno, así que caliente y frustrado la doblé como estaba, cerrando de nuevo las puertas....rebusqué en el cesto de la ropa sucia, en busca de bragas, o sujetadores, o calcetines, pero no había nada de ella....Volví al armario y entonces me fijé en sus zapatos.
Había varios pares.
Ordenados.
No sé bien qué me llevó a coger uno de ellos y aproximármelo a la nariz, en busca de algún rastro que me permitiera evocar su desbordante sexualidad....de manera refleja aspiré concentrándome en él y .....aún perdura el olor del cuero impregnado del sudor fuerte, sin ser desagradable, que se instaló en lo más profundo de mi sistema nervioso.
El delicioso olor natural a pie, cuya imagen acudió a mi cabeza, con esos dedos proporcionados, esa planta que debía ser muy suave, los tobillos sinuosos, y ese olor...Dios mío, ese olor suave y perfectamente adictivo, no cabía imaginar un aroma mas excitante, más directamente vinculado a la erección, capaz de obnubilar el resto de los sentidos....
Sí, me masturbé en su cuarto de aseo, mientras olía una y otra vez el aroma íntimo a mi disposición...con una eyaculación que manchó la pared por encima del espejo.
Aún con la cabeza embotada, dejé el zapato en su sitio, sin rastro de haberme inmiscuido en su privacidad.
Pero ya nada volvió a ser como antes.
Unas semanas mas tarde, mis padres se habían ido a casa de unos amigos. Me quedé con ella. Solos los dos. Yo estaba a su cargo, y tenía que entretenerme, así que empezamos a jugar. No recuerdo a qué....sí que su vitalidad era contagiosa, y además sentirla cerca me excitaba y me hacía estar más agradable con ella....es decir, sin mantener la distancia habitual resultado de mi timidez...además ya llevaba unos meses en casa...
Ella llevaba unas chanclas de goma, de las de dos tiras que se sujetan entre el dedo gordo y el indice del pie, con las tiras de color azul y la planta blanca, ligeramente oscurecida por el roce de la piel....y surgió el tema de las cosquillas, que si las aguantas o no...que a ver quien resiste más....yo me metí debajo de la mesa de la cocina, y ella sentada en un taburete, con las piernas bajo la mesa...
-"¿Seguro que aguantas las cosquillas...?....vamos a verlo...."
Empecé a acariciar esos pies con el pretexto del juego, teniéndolos a escasos centímetros de mi boca....pude comprobar el calor suave de su empeine, tan suave como me lo había imaginado en mis fantasías, deslicé los dedos por los tobillos, rocé su talón, más áspero de lo que esperaba, pero sin ser calloso, le rocé una cicatriz que descubrí junto al tobillo...
-"¿Te molesta esto...?"
-"No, me lo hice con una botella que se me rompió hace ya años....ya no me duele..."
Y le retiré la chancla, dejando su pié desnudo, mientras con disimulo la olía, con el sudor reciente y suave....
Ella se dejaba hacer. Yo era solo un crío, pero sin duda la sensación que le estaba provocando era agradable. Se trataba de un inocente juego que podría practicar conmigo, ya que con su novio el juego tendría pronto otro desenlace....Pero como parecía que me daba permiso, decidí continuar....
Seguí las caricias sobre sus dedos, con las uñas cortas sin pintar, al natural, recorriéndolos por arriba primero, luego por abajo....ella empezaba a tener una risa nerviosa, metida por completo en el juego inocente, y pendiente de aguantar las cosquillas más que de otra cosa, pues al fin y al cabo era de lo que se trataba. Para ella, claro.
Mi erección era total, intensa, con la fijación en esos atractivos deditos cuya piel había recorrido casi toda....faltaba el espacio entre dedo y dedo, así que los fui separando uno por uno y rozando con mis dedos esa porción de piel de textura indefinible, donde se concentraba la mayor sensibilidad, y ella casi no se pudo aguantar, de modo que hizo ademán de retirar el pié, pero lo retuve mientras cesaba en esa caricia...
Sin decir nada lo retuve junto a mi cara.
Junto a mi boca.
Ella lo dejó ahí. Y sin pedirle permiso, sin poder evitarlo, empecé a besarle suavemente los dedos del pie....Estaba metido en medio de mi sueño, realizando la función primitiva de chupar el objeto de deseo, que tenía allí a mi disposición, y me apliqué a la tarea de disfrutar del placer sin importarme ya el juego....me apetecía chuparle los pies, probar su sabor absolutamente excitante, lamía la planta para que el sabor del sudor impregnado pasara a mi paladar, y lo mismo con cada uno de los dedos....
Claro que le resultaba agradable....se descalzó el otro pié y lo dejó a mi disposición...traté de chupar los dos dedos gordos al tiempo, metiéndomelos en la boca, pero no me cupieron, de modo que volví a lamer el pié recién descalzado, oliéndolo y chupando ese sabor de sudor suave, levemente salado, metiendo la lengua en los espacios interdigitales y alternando con lametones de la planta suave...
Tuve un intensísimo orgasmo.
Sin tocarme.
Ella se debió dar cuenta... así que se acabó el juego, se calzó las chanclas y se fue al baño...Con los años, comprendí por qué...
Un relato de Peach Skin Shoes, gracias!

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, una delicia que lamento mucho sea la única contribución del autor.
    La vida da muchas vueltas, quizá algún día decida volver, y podremos disfrutar de sus relatos, un beso.

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