De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

martes, 17 de mayo de 2011

En la moto

un relato escrito por Sensual Librarian
Te lo había prometido, me arregle para ir a dar una vuelta en moto.
Llevaba vaqueros y un polo negro ajustado, aquel que me habías regalado no hacía mucho, quería provocarte y así fue. Lo descubrí en la reacción al verme. Tu... tu te habías puesto esa camiseta cruzada de color rosa y esa minifalda vaquera con los bordes de puntilla, suponía la ropa interior que traerías puesta. Sabías también cual seria mi reacción nada más verte. Te quedaba todo tan bien...
Nos besamos con locura, en la boca, por el cuello, me morsiqueaste la oreja y yo correspondí pellizcandote los pezones y bajando la otra mano hacia tu minifalda para levantarla, apartar el tanga y acariciar tu coñito...
Dudé si dar aquella vuelta que te había prometido. Pero teníamos que salir ya, habíamos quedado en pocos minutos. Cogimos los cascos y nos fuimos a por la moto.
Mientras íbamos de camino, sin disimulo, metí una mano bajo la falda, y tu... con las típicas risitas, “que nos vamos a caer”, “que nos van a ver”.
Tenías el coño empapado y resultaba facilísimo abrir tu rajita y meter hasta dos dedos. Me estaba empalmando, con el pantalón apretando me calentaba mas... sacaba los dedos mojados de ti y pasaba la mano por tu rajita y acariciaba el clítoris.
Creo que si la fiesta hubiera estado un km más lejos, hubiera conseguido que te corrieras. El caso es que al llegar, el calentón de los dos ya era importante.
Una vez dentro, se nos notaba las pocas ganas de estar allí, más bien de seguir a lo nuestro. Y así fue, cumplimos, hicimos acto de presencia y tras unos minutos dimos media vuelta y nos volvimos en la moto.
Nada más arrancar tenia el deseo de tocar tu coño de forma desesperada, al igual que tu mi visible bulto, que no se podía esconder tras el pantalón; fue la primera vez que note como buscabas con ansias palpar la erección que tenía.
Me calentaste... no dude en apartar el tanga y meter nuevamente dos dedos en el coño, que se empaparon enseguida. Estabas muy mojada, tu flujo era muy viscoso... estabas muy excitada...
Tu coño era ya un manantial. Te pegaste a mi y clavaste tus tetas en mi espalda, imaginaba como se endurecían tus pezones cada vez más y mas... a medida que mi mano jugaba ya descaradamente con el clítoris.
Íbamos en la moto lo mas despacio que podía por aquella carretera, deleitándome de este momento contigo, era increíble sentir mis dedos jugando dentro de ti y la vibración de la moto a la vez... se me mojaban el glande... era una sensación de estar apunto de eyacular.
No te hice de rogar el orgasmo.. tardaste poco en correrte, tus muslos estaban apretados contra mi brazo, agarrándome a la vez al cuello mientras jadeabas a mi oído. Termine y puse el tanga en su sitio y pasé la mano por la tela para que se empapase de tus jugos. Estábamos llegando de nuevo a casa.
Cuando apagué el motor de la moto dentro del garaje, no me diste tiempo ni a bajarme, tus labios me poseían y tu lengua incesantemente buscaba la mía, tomé tu cuerpo por las caderas y sentándote frente a mi en el asiento, separe tus piernas una vez mas, colocándome entre ellas. Tus manos bajaron la cremallera y desabrocharon el pantalón. Metiste una mano para comenzar un masaje que llegaba desde la punta hasta los huevos...
Mis labios se acercaron a tu boca, pero te separaste, levantaste la camiseta y mis manos se apoyaron en tus tetas. Apretaba tus pezones mientras sentía los roces de tu mano. Las cogí y levantándote por las piernas apunte a tu tanga, donde con buen agrado tus dedos separaron la tela que ocultaba tu coño. Con una mano te sujeté por la tripa y con la otra en la nuca, metí la polla de un solo empujón mientras se abrían un poco mas tus piernas.
A estas alturas la excitación era tal que entró en un mar de deliciosos líquidos de los dos, con lo que te llegó al fondo sin problemas. En ese momento no pudiste evitar soltar un grito ahogado que resonó en el garaje. Sin miramientos comencé a follarte salvajemente, dejando notar mi pelvis como embestía tu coño.
Los gemidos de los dos iban aumentando con el ritmo de la follada. Sentía tu flujo fluir sobre la polla, estabas comenzando a correrte de gusto otra vez y a gemir mas fuerte y profundo, aquello hizo que mi polla palpitara con mas fuerza a la vez que descargaba dentro de ti. Me separe y tus manos siguieron sacudiendo hasta dejarme sin una sola gota de semen en mi interior.
Nos quitamos la ropa interior para limpiarnos. Tus bragas impregnadas de semen, mi boxer con la mezcla de los fluidos de ambos. Llegamos a casa, el saber que habíamos dejado en el garaje nuestra ropa interior y que por tanto, no la llevábamos puesta nos calentó de nuevo en el ascensor.
Llegamos a casa y volvimos a echar otro polvo genial, pero esta vez con en la comodidad de la cama.
un relato escrito por Sensual Librarian ¡gracias!

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