un
relato escrito por Chica Sexy
Hacía poco que me
había dejado con mi novio y estaba intentando retomar viejos
contactos, amigos de otra época que no tuviesen nada que ver con mi
casta vida de pareja.
Quiso el destino que
caminando por el centro, me cruzara con una antigua amiga y después
de los abrazos, miradas de evaluación y aprobación mutuas, quedamos
para salir el viernes por la noche.
Me pasó a recoger y
para mi asombro, cogimos en una dirección diferente a la que
habitualmente utilizábamos para ir a nuestros garitos preferidos.
Ante mi cara de
sorpresa, me dijo:
-En este tiempo he
hecho nuevas amistades.
Aparcó en una zona
muy tranquila a esas horas, pero que bullía de actividad durante el
día.
Nos acercamos a una
gran puerta protegida por una cortina metálica que estaba
completamente cerrada. En la parte superior lucía un cartel
luminoso, que estaba apagado, donde se leía Bowling.
Con los nudillos dio
unos toques potentes sobre el metal, a modo de contraseña.
A los pocos segundos
la persiana se abrió y asomó la cabeza de un moreno sonriente que
dijo: -¡bienvenidas!- y morreó a mi amiga con total descaro y
pillándola del culo le arrastró al interior.
Tímidamente accedí
al local en penumbras, mas allá de la recepción se veías las
pistas, con solo un par de carriles iluminados y en los que jugaban
un grupo en prendas menores, rodeados de ropa esparcida por el suelo:
strike por prendas, se notaba que estaban
divirtiéndose.
En el otro extremo de
la pista, en una zona menos iluminada, unas siluetas se contorneaban
y gemían, pero no lograba distinguir con exactitud cuantos y de que
tipo eran los integrantes que formaban ese nudo de placer: notaba una
polla de considerable tamaño que desaparecía dentro de una boca
hambrienta y también que quien hacía la felación estaba recibiendo
una sesión de sexo oral.
Mientras miraba con
curiosidad, alguien me sorprendió por detrás hablándome, y mas me
sorprendió al girarme y ver al chico de mi amiga, completamente
desnudo y con una erección descomunal. No sabía a donde mirar, si a
su cara o su polla, pero como seguía hablando, tuve que mirarle a la
cara, aunque realmente lo que me decía parecía como emitido en otra
frecuencia, mi cerebro no podía procesar tanta información,
demasiados estímulos sensitivos, demasiado olor a sexo en el
ambiente.
Me dijo: -Ahí tienes
el bar, coge lo que te apetezca, circula con total libertad, puedes
mirar, tocar, unirte a quien quieras solo si eres invitada a
participar, nadie hará nada que tu no autorices y tienes la
tranquilidad de poder marcharte cuando tu lo digas, está cerrado,
pero para evitar que ingresen aquellos que no respetan las normas, si
me lo pides te abro ahora mismo.
Estaba sin palabras,
¡si que Alba había hecho nuevas amistades! Ella me miraba desnuda
desde la puerta de la oficina, con cara de impaciencia, pellizcándose los pezones, esperando mi
respuesta para poder disfrutar de la erección de su chico.
-Vosotros a lo
vuestro, me quedaré por aquí merodeando, pero no olvidéis de mi,
que el sitio es grande, hay mucho que ver y necesito vuestra guía.
La noche prometía.
este relato escrito por Chica Sexy continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Atrévete, dime lo que piensas, es anónimo, pero al menos deja un nick o apodo