De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

martes, 27 de mayo de 2014

Porque el sexo es para sentir

Sentir es el título de este relato erótico de un seguidor del blog.
un relato escrito por elvagabundo
La sala estaba fría, y ella lo notaba mas al estar desnuda, allí, en medio de una habitación, sin saber si alguien la observaba o no.
No sabía muy bien porque había dicho que si a aquella cita, pero le excitaba probar algo nuevo, algo que le atraía.
Había conocido a aquel hombre en una fiesta con su novio, con solo mirarla casi consiguió descifrar todos sus pensamientos, y cuando cruzó los ojos con él, los tuvo que bajar, se sentía desnuda ante esa penetrante mirada.
Se acerco a ella y en un susurro le dijo: “se te nota a la legua que no tienes lo que quieres ni lo que necesitas, toma mi tarjeta y llámame, también puedes no hacerlo, pero habiéndote mirado, sé que me llamaras”. Y sin más se fue.
Tardó días en atreverse a llamarlo, pero finalmente sus ganas de sentir y su curiosidad acabaron imponiéndose y levantado el teléfono, le dijo que tenía razón, que quería más cosas.
Él solo le dio una dirección y unas pocas instrucciones, el sitio era donde se encontraba ahora mismo, el edificio era elegante, pero viejo y algo destartalado.
La habitación, como la podría describir... con muy poca luz, con rincones oscuros, más bien lúgubre, con una cama de hierro, y un colchón encima de ella, sin nada mas, el suelo era de fría baldosa de barro, vieja y suavizada por el tiempo, todo era extraño, y contrariamente a la razón, verse allí una mujer desnuda, desvalida, a merced de quien pudiese verla, sin posibilidad de que nadie la ayudase, la excitaba excesivamente, lo notaba en su sexo mojado y en su respiración algo agitada y nerviosa.
Finalmente se atrevió a preguntar en voz alta si había alguien, el silencio fue su respuesta.
Sin saber muy bien porque se acercó a la cama y se tumbó en ese duro colchón.
Cuando estaba tumbada oyó pasos que se acercaban y antes de que pudiese mirar, tenía los ojos tapados por una tela, una mano levanto su cabeza y hábilmente ato la tela por detrás, escucho una frase: “silencio, es hora de sentir”, reconoció su voz, era él, tenía una voz inconfundible, ronca, sensual, dura.

Se sintió segura al oírle, no sabría decir bien el motivo, porque bien mirado aquello lo que debería darle era miedo, pero su curiosidad, su deseo, sus anhelos, su cuerpo… decían lo contrario. Notó como algo se enrollaba en una de sus muñecas, enseguida se dio cuenta que era una cuerda, luego una mano tiro de su brazo ligeramente y al poco sintió que no podía moverlo, estaba inquieta, pero no dijo nada, en poco tiempo sus dos brazos quedaron atados al cabecero de la cama.
Unas manos que comenzaron a recorrer su rostro, pasaban por sus labios, por su mejilla, un dedo se paro en sus labios y ella no pudo evitar entreabrirlos y sacar su lengua para lamerlo, el dedo se mantuvo allí y ella se atrevió a mas, y lo succionó, aquello la excito aun mas, pero la mano siguió moviéndose, poco a poco tocaba cada trozo de su piel, delicadamente pero de una forma segura, casi rotunda.
Su piel se erizaba del placer que le producía aquella mano, llegó a sus pezones, no los tocó directamente, los rodeó, los rozó y finalmente acabó por tocarlos en la punta y pellizcarlos levemente, noto un aliento que se acercaba a su piel, y a continuación una boca que succionaba y mordía uno de sus pezones mientras el otro era pellizcado cada vez con más contundencia.
Estaba mojada, los pezones le dolían con los tirones y los mordiscos, pero a la vez con cada brizna de dolor sentía que el placer crecía y crecía comenzando a ser imparable, una mano bajó por su vientre y lentamente se posicionó en su clítoris, simplemente al tocarlo y presionarlo un poco, ella se corrió irremediablemente, notó como un río de fluidos salía de su coño y los gemidos se escapaban de su boca, pero todavía en pleno éxtasis esos dedos invasores la penetraron y comenzaron a moverse dentro de ella, querían arrancarle alaridos y lo estaban consiguiendo.
Casi inmediatamente una segunda oleada de placer la volvió a inundar, no podía hablar, estaba en otro lugar, en otro mundo, en pleno éxtasis, atada y desvalida y sin embargo poderosa, llena de vida como no lo había estado en mucho tiempo, se había corrido dos veces en pocos minutos de una forma que nunca había sentido.
Cuando de nuevo fue consciente de la realidad se dio cuenta de que sus brazos estaban sueltos, tenía las cuerdas atadas, pero nada los retenía, quería quitarse la venda y mirar, pero no se atrevía, un aliento cerca de su oído la paralizo, de nuevo volvió a oír su voz… “por hoy es suficiente, la próxima vez será más intenso”, y la venda callo desatada, cuando abrió los ojos solo vio la oscuridad de la habitación, se levantó despacio y todavía con el corazón acelerado, se vistió y salió de allí, solo pensaba en su siguiente cita, en su llamada, en esas manos desconocidas que la habían poseído como nadie…
un relato escrito por elvagabundo ¡gracias!

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