De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

domingo, 8 de junio de 2014

Conseguir unas bragas húmedas

Soy insaciable. Devoro todo lo que cae en mis manos, no importa el género, lo que me atrae y me seduce lo cojo, lo acaricio y lo llevo conmigo. Si llama mi atención, merece irse a mi cama.
Me gusta leer, soy una amante de la lectura, y en muchas ocasiones un buen libro es mi amante exclusivo.
No solo dedico mi tiempo al sexo escrito, me gustan todo tipo de relatos y los libros pueden tener ese inmenso poder de sorprender gratamente al dar vuelta una página. Una historia de intriga y misterios que promete mucho frío, le dio calor a mi noche.
Estaba leyendo El Ultimo Pasajero, de Manel Loureiro y me encontré con algunas escenas lésbicas y heterosexuales que provocaron que mi mano descendiera para acariciarme la entrepierna con suavidad, para comprobar si tenía las bragas húmedas.
Comparto con vosotr@s un par de pasajes ¿te humedecerás tu?

Robert desplazó las manos hacia la cabeza de Kate, con un gemido, y enterró los dedos entre su pelo. En respuesta, Kate sujetó la cinturilla de goma del calzoncillo y lo bajó, al tiempo que le lamía con fruición las ingles. El miembro de Robert estaba henchido y se elevaba rozando su mejilla. Con una lentitud dolorosa, lo sujetó con una mano mientras comenzaba a besarlo con los ojos cerrados, embriagándose con su olor familiar y disfrutando de su tacto terso. Con suavidad cerró sus labios sobre el glande y comenzó a chuparlo con movimientos rítmicos y cada vez mas intensos.
Robert jadeaba sin control a medida que sus caderas se arqueaban. Kate disfrutaba de la inmensa sensación de poder que le proporcionaba aquel momento, su boca subía y bajaba en torno al miembro mientras lo sujetaba por su base con la mano derecha y le acariciaba los testículos con la otra. Notaba cómo latía dentro de su boca, cada vez mas profundo, cada vez mas empapado de saliva y vibrante.

Fue el turno de Robert, que le separó las piernas y se colocó entre ellas. Con deliberada lentitud, apoyó su miembro sobre los labios mayores y comenzó a moverse con suavidad, sin llegar a entrar en ella. Aquel roce arrancó un gemido de impaciencia en Kate.
Entonces, muy despacio fue entrando en ella. Kate notaba cómo Robert la iba llenando, ocupando hasta el último hueco en su interior, rozándose contra la piel. Empezó a embestirla con movimientos rítmicos de cadera. A cada empujón ella gritaba, sumergida en un cóctel explosivo de placer, alegría e incredulidad. Ella notó en su vientre una inmensa ola a punto de estallar. Hundió la cara en el pecho de Robert en el momento en que un orgasmo avasallador la sumergía por completo. Gritó, liberada, mientras oleadas de placer cruzaban por su cuerpo y la sacudían por completo, fuera de control. Fue un orgasmo largo, potente y profundo. Notaba como sus contracciones se cerraban en torno al miembro de Robert, multiplicando por mil aquella deliciosa sensación. Robert también parecía notarlo, porque de golpe sus movimientos se hicieron más rápidos, mas urgentes. Clavó con fuerza sus manos en las caderas de Kate, inmovilizándola en una postura de total sumisión, mientras su cara se transformaba en una sensación de éxtasis, justo antes de correrse con fuerza en su interior.
Kate sintió el orgasmo de su hombre al mismo tiempo que una extraña sensación húmeda la llenaba por completo y un nuevo orgasmo la atacaba por sorpresa. Parecía como si un dique enorme se hubiese abierto dentro de ella y todo se estuviese llenando de líquido.

2 comentarios:

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