De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

miércoles, 28 de julio de 2010

Las Geisha ¿prostitutas de lujo? (II)


En la primera parte del artículo me dediqué a desmitificar a las Geisha como imagen sexual representativa de Japón, ya que estas profesionales no se dedican al sexo como parte de su oficio, a pesar de la cantidad de hombres que conozco (y alguna mujer que no lo confiesa), que tienen la fantasía de ser atendidos por una de ellas, tener a su disposición una mujer educada y complaciente de todos sus caprichos.
Personalmente considero a las Geisha como modelo de sensualidad, por su delicadeza, su aire misterioso, su aspecto exótico y este es mi pequeño homenaje, hablar de ellas

Con el nombre de Geisha se conoce a las mujeres que se dedican al entretenimiento, artistas tradicionales japonesas que fueron educadas desde la infancia en diversas artes como la danza, la música, la narración, la caligrafía, el ikebana o arreglo floral, entre otras.
Son mujeres con un gran conocimiento y un profundo dominio de las artes tradicionales japonesas.
La palabra se compone de dos raíces japonesas, Gei, que quiere decir arte, habilidad y sha que significa "persona" o "actor". La traducción más literal de la palabra "Geisha" sería por tanto la de "artista"
Geisha es un nombre propio, y como todos los nombres japoneses, no existen variantes de la palabra en singular o plural.
La concepción de Gheisa como dama de compañía o prostituta refinada, está muy extendida en occidente, sin embargo, esto no se ciñe estrictamente a la naturaleza de las Gheisa niponas, parecen mujeres propensas al "coqueteo", pero realmente son recatadas e inocentes.
El trabajo de una Geisha consiste en entretener a los clientes con su dominio de las artes y la conversación, deberá poder hablar con sus clientes de absolutamente cualquier asunto, desde política e historia, hasta chistes y bromas. Pero lo verdaderamente especial es que sabe ver cuál es el estado de ánimo de sus clientes y según el ambiente del banquete, actúa relajando o animando la velada y haciendo que todos los invitados pasen un rato agradable.
Todo esto es posible porque las Geisha dedican una gran parte de su tiempo a estudiar y perfeccionar sus aptitudes artísticas. Cuanto mas edad tenga la Geisha, mejor será en el ejercicio de su profesión, porque su maestría en las artes será mayor y porque poseerá un conocimiento mas profundo del mundo, lo que le proporcionará mejores dotes conversacionales.
Tradicionalmente, comenzaban su entrenamiento a edad temprana, incluso algunas niñas eran vendidas a casas de Geisha ( "okiya"), práctica común entre las familias pobres y sin recursos. También las hijas de las Geisha solían ser educadas como tales.
Las aprendices de Geisha, denominadas maiko, se educan con sus mentoras durante años y las siguen en todos sus compromisos. Esta relación es muy importante, ya que le enseñará las formas correctas de servir el té, los bailes, la conversación y a buscar el nombre nuevo con el que la maiko entrará a la vida profesional.
La primera mujer que se considera Geisha fue Kiku, de la zona de Fukagawa. Ella anunció su profesión en 1751 cuando ofreció su compañía como servicio al cliente.
Las Geisha fueron controladas por el gobierno de la época. El barrio de Yoshiwara estableció el primer Kemban u oficina de registro de Geisha. Se crearon normas, una de ellas fue que el Obi debía atarse a la espalda, no en la parte frontal como lo hacían las Oiran.
En el año 1870, las Geisha crearon el eslogan "Vendemos arte, no nuestros cuerpos". El Kemban estableció nuevas reglas, como que no estaba permitido que una Geisha se casara.
Se esperaba que la Geisha fuera una mujer soltera, sin pareja y aquellas que optaban por casarse debían retirarse de la profesión. Se permitía a las Geisha establecerse de cierto modo y que tuvieran un danna o cliente habitual, lógicamente un hombre rico, a veces casado, con los medios económicos necesarios para solventar los gastos relacionados a su estilo de vida.

Vestimenta, maquillaje y peinado

La vestimenta consta de varias capas de ropa interior, el peculiar Kimono y el Obi.
El kimono, es un traje de confección enteramente artesanal, hecho a la medida con hermosas sedas, que se pueden estampar o bordar y se suele tardar de 2 a 3 años en completar, debido a la complejidad de los diseños.
Los estampados más característicos son, en primavera, la flor de cerezo y el narciso; al principio del verano, la flor de hortensia; a partir de la mitad del verano, las flores octogonales llamadas campanillas; a principios de otoño, hierbas teñidas de naranja; a finales de otoño, hojas de árboles naranjas y por último, en invierno, la camelia.
Cada maiko y cada Geisha cuenta con una colección variada de Kimonos que usará respetando el color y diseño, según la estación del año y del evento al que están asistiendo.
También influye la edad de la Geisha, cuando son mayores, utilizan Kimonos mucho más discretos, con colores y formas más sutiles y sencillos, no tan llamativos.
El Kimono de la maiko cuenta con la característica de tener largas mangas, llegándole incluso hasta los talones, éstas se van acortando a medida que avanza en su aprendizaje.
El Obi es una prenda que se pone sobre el Kimono para mantenerlo ajustado al cuerpo. Es el cinturón que va desde la parte baja del pecho, un poco más abajo de los senos, y llega hasta la parte baja del abdomen. Además de su función decorativa, sirve para reforzar la espalda, y ayudar a mantener la postura que utilizan sentadas de rodillas, les sirve de soporte.
Esta banda de tela que se ciñe a la cintura, está ricamente bordada, incluso con hilo dorado, con innumerables motivos que elevan su precio hasta límites insospechados. Si la Geisha no puede permitírselo, se puede realizar uno caracterizado por tener el 60% de la tela bordada y el 40% de tela no decorada es la que queda escondida al enrollarse alrededor de la cintura.
El Obi de una maiko suele medir unos ocho metros y debe atarse con ayuda de otra persona al ser tan largo y el Obi de una Geisha puede tener unos cuatro metros de longitud y setenta centímetros de ancho.
Como calzado, se utilizan sandalias con suela de madera, llamadas Zori y en interiores solo llevan los tabi (calcetines tradicionales que separan el dedo pulgar del resto de los dedos para calzar la sandalia). En climas fríos utilizan zuecos de madera.
El maquillaje que los occidentales reconocemos como el de una Geisha es en realidad el tradicional de las maiko, que consta de una gruesa base de pintura blanca sobre la que destaca el lápiz de labios rojo y una línea negra alrededor de los ojos y las cejas para destacarlos.
Primero se aplica una sustancia de aceite, a continuación un polvo blanco de arroz que se mezcla con agua haciendo una pasta y extendiéndola con un pincel de bambú. El maquillaje blanco cubre la cara, el cuello y el pecho, con zonas sin maquillar, en la nuca, para acentuarla, sitio considerado tradicionalmente como erótico, dejando una línea de piel desnuda alrededor del nacimiento del pelo, que crea la ilusión de una máscara.
El peinado característico es un gran recogido con curvas exageradas que se hace en la parte trasera y los laterales de la cabeza. Debido al coste económico que representaba, las Geisha iban una vez a la semana al peluquero, y para no estropear su peinado, debían dormir en un omaku o makura, una especie de mueble de madera, unos reposaderos pequeños que llevan una pequeña almohada, donde se apoya la nuca. Para reforzar este hábito, sus mentores colocaban arroz alrededor de la base, si volvían la cabeza lateralmente, el arroz se pegaba al pelo y a la cara y tenían que volver a peinarse. Si al dormir lograban permanecer con la cabeza inmóvil, su peinado se mantenía perfecto y podía conservarse durante toda la semana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Atrévete, dime lo que piensas, es anónimo, pero al menos deja un nick o apodo