Don Juan

Cual es la antítesis de un Casanova? Un Don Juan, pero a diferencia del primero, que fue un personaje real, Don Juan es un personaje de ficción creado por Tirso de Molina, seudónimo con el que firmaba fray Gabriel Téllez (1579-1648), dramaturgo, poeta y narrador español, que destacó principalmente como autor teatral. Se le ha atribuido la creación del mito de Don Juan en su obra “El burlador de Sevilla”.

En dicha obra, Don Juan, un noble sevillano, altera el orden social deshonrando a cuantas mujeres se le ponen delante. Es un libertino que cree en la justicia divina, que acuñó la famosa frase «no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague» o lo que es lo mismo, tiene la convicción de que podrá pecar libremente, arrepentirse momentos antes de morir y ser perdonado antes de comparecer ante Dios.

Otra frase famosa es «¡Qué largo me lo fiáis!», queriendo decir que la muerte y el castigo de Dios están muy lejanos y que por el momento no le preocupa la salvación de su alma, solo vivir a pleno todos los placeres. Finalmente es castigado por la estatua funeraria del padre de una de sus víctimas, una de las damas burladas, que lo mata y lo arrastra a los infiernos sin que tenga la oportunidad de arrepentirse.

Este personaje ha inspirado a infinidad de autores que ven en la figura del seductor a un inmaduro patológico y afeminado, próximo al narcisismo y a la homosexualidad y otros lo presentan como una figura satánica y rebelde o al arquetipo universal del seductor insatisfecho.

Entre los escritores mas destacados se encuentran Molière (Dom Juan ou le festin de Pierre, 1665); Lorenzo da Ponte, libretista de Mozart, (Don Giovanni, 1787); Lord Byron (Don Juan, 1819-1824, incompleto por su muerte), José Zorrilla (Don Juan Tenorio, 1844), Gonzalo Torrente Ballester (Don Juan), Alejandro Dumas, y otros muchos mas.

En España fue una tradición teatral constante el representar la obra de José Zorrilla, en las festividades de Todos los Santos.

Pero a pesar de que pasan los siglos, siguen existiendo personajes que mantienen vivo el mito. Se le llama Don Juan a ciertos hombres que presentan una personalidad dominante hacia el sexo femenino, que tratan de probar a como de lugar su virilidad y atractivo.

Don Juan es un hombre que se dedica a engañar, seducir y mentir a toda mujer que se pone en su camino, con el único fin de practicar sexo con ella. No le importa la manera o la forma, los trucos, las técnicas de seducción que use para conseguirlo, para poseer el objeto deseado y a continuación, olvidarlo sin el más mínimo remordimiento.

Es un ser egoísta que no le interesa en lo más mínimo si hiere los sentimientos de la mujer, con tal de lograr su objetivo sexual. Son hombres de conducta encantadora, agradables y sin tacha para los que toda mujer es un reto y una manera de demostrar que él es poderoso.

Cuando las mujeres ceden a sus pretensiones sexuales, se convierten en un triunfo, una más de su colección y pierden interés, ya obtuvo lo que quería y va a por la siguiente.

Las mujeres que han sido víctimas de un Don Juan quedan decepcionadas, con la autoestima dañada y sintiéndose defraudadas, usadas.

¿A quien no le ha pasado? El mas guapo del instituto, que nunca nos dirigió una mirada, de pronto se interesa por nosotras, hasta que nos lleva a la cama, luego vuelve a ser el mismo indiferente que ni siquiera nos saluda. También está el compañero de la oficina, que cada mañana llega perfumado, sonriendo y con una bolsa de mini croissant solo para ti, hasta que logra que aceptes tomar una copa después del trabajo, te acompañe hasta tu casa y ya sabes el resto. A la mañana siguiente la bolsa con mini croissant es para la chica de la planta baja...

Muchas veces la soledad logra que ignoremos los mensajes y las señales de peligro, sin necesidad de palabras podemos identificar a este tipo de hombres. Cuando somos muy jóvenes nos puede tomar desprevenidas, pero ya de adultas no deberíamos permitir que nos hagan daño.

Es bueno dejar claras las cosas de antemano, si os apetece un revolcón sin compromisos, que sea de ambas partes, no es necesario que nos dejemos seducir con falsas promesas, que en los tiempos que corren los “Don Juan” deberían estar en la cola del paro...