De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

martes, 14 de diciembre de 2010

Cuentos clásicos y fetichismo

Hay quienes diréis que soy un poco retorcida y que busco el lado sexual a todas las cosas de la vida, un caso para que analice Freud, pues tenéis razón...
Si desmenuzamos determinados cuentos clásicos, veremos que no todo es tan inocente como parece...
Cenicienta
...El hada madrina tocó con la varita mágica las pobres ropas, y en ese mismo momento se transformaron en un traje de tejido de oro y plata y bordado de pedrería, también le dio un par de zapatitos de cristal, los más hermosos del mundo.
Le recomendó que no debía irse después de medianoche, advirtiéndole que de permanecer en el baile un momento más, su carroza se convertiría en calabaza, sus caballos en ratones, sus lacayos en lagartos y que sus ropas andrajosas recobrarían el aspecto habitual.
En la fiesta, bailó con el hijo del rey toda la noche, quien no cesó de dedicarle halagos, hasta tal punto que ella olvidó lo dicho por su hada madrina, aunque oyó sonar la primera campanada de medianoche y huyó con la ligereza de una cierva.
El príncipe la siguió, pero no la pudo alcanzar, ella en la precipitación de la huida, dejó caer uno de sus zapatitos de cristal, que el príncipe recogió con sumo cuidado, regresó a la fiesta y el resto del baile no hizo otra cosa que mirarlo con amor.
Cenicienta llegó a su casa sofocada, sin carroza, sin lacayos y en harapos, nada le quedaba de su esplendor, solo el otro zapato de cristal, pareja del que había dejado caer.
Pocos días después del baile, el hijo del rey hizo publicar a son de trompetas que sólo se casaría con aquella cuyo pie se ajustase al zapato de cristal, sin importar la condición social de la dama.
Sin embargo se comenzó por probarlo a las princesas, luego se siguió con las duquesas, y como a ninguna le encajaba, se continuó con todas las damas de la corte, casa por casa del reino.
La prueba llegó a la casa de las hermanastras, que hicieron todo lo posible para hacer entrar su pie dentro del zapatito, pero no pudieron lograrlo.
El lacayo del rey que efectuaba la prueba, descubriendo a Cenicienta fregando el suelo de la cocina y dado que él tenía la orden de probársela a todas las muchachas del reino, hizo sentar a Cenicienta y acercando el zapato a su pie se vio que entraba perfectamente y que le iba como un guante.
Yo me pregunto: ¿Cenicienta no podría haber perdido un guante, una horquilla del pelo, un botón de cristal del vestido? Aunque todo objeto pueda ser factible de convertir en fetiche, porqué justamente, el artículo por excelencia del fetichismo, o sea los pies y los zapatos, sirvieron de inspiración para el cuento. La única explicación que se me ocurre es que el autor era uno de los nuestros.

Por esa tradición en algunos países que dejan los zapatos o los calcetines junto a la chimenea, estoy preparando para vosotros un regalo de reyes, una galería de imágenes de pies y zapatos, a ver cual os entrego, se aceptan sugerencias...

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