Una tarde gris, elvagabundo entró en
el ascensor y extendió la mano para presionar el número del piso en
el que hacía tanto tiempo ansiaba entrar.
Apenas tocó el botón, imaginó sus
pezones duros, sus botones pequeños y sonrosados que cientos de
veces había visto en fotos y su erección lo golpeo con fuerza, se
sorprendió una vez mas deseándola con locura y desconcertado de que
un simple detalle le hiciera perder la razón.
En cada piso que subía, se proyectaba
una nueva imagen y la certeza de que sus fantasías sexuales se
harían realidad, tocar sus bragas húmedas, levantar su falda,
colarse entre sus piernas y besar su coño mojado y expectante,
lamerlo hasta arrancarle gritos de placer, complacerla en una de las
cosas con las que ella mas disfrutaba, practicarle sexo oral hasta
que rogara ser penetrada y así llegar al gozo mas pleno, el fundirse
de dos cuerpos hasta explotar en el mas vertiginoso orgasmo real que
un chat erótico consiguió provocar.
elvagabundo ha desaparecido, ahora soy
yo quien quisiera marcar el número de su piso, pero no sé donde
buscar...
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