De sexo se habla y se escribe mucho, mas de lo que se practica.
Esto no es una guía para practicar mas, pero puede ser que mis experiencias
te hagan sonreír, sonrojar o te ayuden a conocer mas sobre el tema, buscarle
nuevos puntos de vista, o aprender juntos sobre sexo, erotismo y placer.

jueves, 7 de agosto de 2014

Ángel

Desde hacía algún tiempo se encontraba como en un letargo.
Su antiguo objeto de deseo había partido, llevándose consigo todo su morbo, sus deseos, sus perversiones.
No ayudaba que se cruzaran por las esquinas, que el destino se empeñara en recordarles, mediante una punzada en el estómago, que la pasión se podía reanudar con desenfreno en cualquier momento.
Una aproximación más cercana, con menos centímetros de distancia que los separara, donde uno pudiera percibir el olor del otro, sería suficiente para arrasar las barreras autoimpuestas y sus manos buscaran el calor conocido que irradiaban sus cuerpos.
Pero ciertas pasiones prohibidas por algo lo son, a pesar que cuando estaban juntos el mundo se desvanecía, sólo importaban las miles de sensaciones que se despertaban tan solo con una caricia, una mirada lasciva mientras sus lenguas recorrían la piel, penetraban cavidades, arrancaban gemidos y orgasmos.
Todo eso es pasado, recuerdos que alguna noche los despertaba con la sensación de tener el sexo húmedo.
¿O acaso esa humedad la producía otra persona?
Tal vez un Ángel que se colaba en su mente, que rondaba aspirando a convertirse en una nueva fuente de placer, que preparaba un desayuno aromático que sin excepciones se enfriaba, ya que la bandeja inevitablemente quedaba aparcada sobre la mesilla...
La tentación de una pierna asomando bajo la sábana, de un sexo últimamente tan inexplorado estaba siendo más fuerte que todo lo demás.
Indudablemente este Ángel tenía todo para convertirse en un nuevo objeto de obsesión.

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